En cuanto al disco y su contenido, Dopesick abre con los gritos de Mike Williams y el sonido de la botella rota antes mencionado. “My Name is God (I Hate You)” es una magistral clase de sludge de más de cinco minutos. La pesadez musical mezclada con los gritos desesperados de Williams nos regalan una pieza de un calibre infinito. La bilis que Mike Williams es capaz de escupir de sus entrañas logra volarte los sesos con una pasmosa facilidad. Los cambios de ritmo de las canciones dan consistencia a la propuesta de Eyehategod y siempre ha sido uno de los elementos claves en su sonido.
«Dixie Whiskey» se convirtió rápidamente en una de las canciones preferidas de los fans y, a día de hoy, sigue gozando de esta fama. La canción tiene un riff principal que suena como a Black Sabbath criado en un pantano.
Canciones como «Peace Thru War (Thru Peace and War)» y «Lack of Almost Everything» alternan secciones de hardcore punk acelerado con ritmos más lentos. “Dogs Holy Life» y «Non Conductive Negative Reasoning», ambas con poco más de un minuto de duración presentan partes de guitarra ingeniosas pero finalizadas abruptamente.
Y sin pausa ni tregua, Eyehategod van avasallando sin piedad al oyente en todo el trayecto que comprende Dopesick. Sin duda, la banda no es accesible y el disco menos. Pero la colección de canciones que hay incluidas en él sentaron cátedra. Dopesick es uno de los discos elementales del sludge norteamericano. Una obra atemporal.
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